En La Isla, existen unas trincheras que fueron construidas durante la Guerra Civil Española, para defenderse de un posible desembarco en la playa, estas trincheras estaban abandonadas y cubiertas en parte por la maleza, hace unos meses, el Ayuntamiento de Colunga decidio ponerlas en valor, se limpiaron, se vallaron se señalizaron y se colocaron unos carteles en los que se explica la historia de estas trincheras. Transcribo aquí parte de lo que allí se explica sobre ellas.
En julio de 1936, al sobrevenir la contienda civil, el concejo de Colunga permaneció en el bando fiel a la república, situado en una retaguardia lejana de los campos de batalla, la guerra terrestre no llegaría al concejo, si no muy al final de la lucha por Asturias el “Frente Norte” en octubre de 1937.
Esta lejanía del frente no le libraría, sin embrago de sufrir los achaques del conflicto, al establecerse en Sales un aeródromo de la Aviación republicana que provocaría como reacción, la presencia con cierta frecuencia de la Aviación adversaria sobre la villa. Por otra parte su situación en el litoral le hacía vivir con la angustia de la amenaza que suponía la presencia de los buques de la Marina Nacional, que patrullaban el cantábrico.Tal temor impulso a las autoridades militares asturianas a diseñar un plan de defensa de costas. Dentro de este plan se encuadra la realización del conjunto de estas trincheras excavadas sobre un promontorio en el extremo Norte de la playa de La Isla, con el indudable propósito de contrarrestar cualquier posible asechanza desde el mar sobre la misma.
Su configuración les confiere un interés excepcional al haber sido excavadas en disposición radial -en forma de erizo- algo completamente inusual en Asturias, donde las trincheras son en su casi totalidad lineales -en línea quebrada-, mientras las de la playa de La Isla fueron expresamente proyectadas y realizadas así. Por otra parte bordeando la Senda Costera, discurre un antiguo muro de piedra, que separa las trincheras de la finca colindante, que, a la altura de la posición –en su gola- , muestra un tramo reconstruido tras haber sido derribado en su día, sin duda para permitir una fácil comunicación de la misma con su retaguardia.
En el verano de 1937, tras la ocupación de Cantabria en apenas quince días, las tropas de Franco entraban en Asturias por el Oriente, el 1 de septiembre tomando Pimiango y Panes e iniciando una decidida penetración en nuestra región que amenazaba ser tan rápida como la de Cantabria.
No fue así. La enconada resistencia del XVII Cuerpo de Ejército de Asturias iría ralentizando el avance de las Brigadas Navarras hacia
el Oeste, de suerte que hasta la segunda mitad de septiembre no alcanzaron estas el profundo tajo por el que discurre el rio Sella entre Arriondas y Ribadesella, enfrentándose al arduo problema que suponía salvar tan abrupto obstáculo.
Se llego entonces al extremo de considerar la posibilidad de una operación de desembarco anfibio a retaguardia de la línea avanzada republicana para envolverla y lograr su derrumbamiento, sorteando así la dificultad de cruzar el Sella en fuerza.
No andaban, pues, muy descaminados los colungueses al procurar la defensa de sus playas tan adecuadas a una operación de este tipo.
Finalmente, no fue necesaria. La línea del Sella se derrumbo por envolvimiento, pero no desde el mar, si no por tierra. La 1ª Brigada de Navarra, tras ocupar Arriondas el 13 de Octubre, iniciaba la subida a la sierra del Sueve, alcanzaba el mirador del Fito, y descendía el día 17 por la ladera norte hacia Caravia donde confluiría con la 4ª Brigada de Navarra que había cruzado el sella sin resistencia esa misma jornada continuando ambas hacia La Isla y Colunga, donde entraron no sin lucha, interviniendo aun en ella, la artillería, la aviación y los carros de combate de ambos bandos.
La guerra paso sobre Colunga tan rápida y violenta como un ciclón, Cuatro días más tarde, el 21 de octubre, finalizaba la lucha en Asturias, desapareciendo así el Teatro de Operaciones del Norte, aunque la contienda todavía se prolongaría un año y medio más en otras regiones de España.
Las trincheras de La Isla habían quedado inéditas, sin tener la oportunidad de entrar en combate mirando cómo estaban hacia la mar y la playa. Lo más cerca que habían tenido la guerra para lo que fueron construidas habían sido los bombardeos efectuados el 30 de septiembre de 1937 por los buques nacionales crucero ”Almirante Cervera” y minador “Júpiter” contra el tramo de la carretera de la costa entre Berbes y la punta de los Carreros, unos seis kilómetros al este de La Isla.
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