10 enero 2018

Un canto a la naturaleza asturiana

Esto que hoy publico aquí y que yo he titulado como un canto a la naturaleza asturiana, lo ha escrito una muy buena amiga mía, que como yo nació en Villaescusa aunque reside en Cabranes, relata de una manera muy amena  un  paseo otoñal en bici por tierras de Cabranes, las cosas que durante el mismo va viendo así como las sensaciones que ellas le producen. Ella lo titulo sencillamente como SERONDA.  A mi me gusto mucho. Gracias PALOMA.  

SERONDA 
La luz de este día de seronda es perfecta, la temperatura ideal, no me lo pienso mas aunque hoy mi jornada comenzó a las seis y media, de ahí mi cansancio, decido no perderme este regalo.
Voy a salir con mi compañera de fatigas, la de dos ruedas, esa que me dedica su tiempo cada vez que me apetece y se lo solicito.

Nos dirigimos hacia Camas, la verdad es tan difícil expresar lo que se siente, mires donde mires todo esta hermoso, los praos verdes, aunque nos hace falta un poco de lluvia ellos logran mantener el color gracias a que por las noches las
rosadinas ya son curiosas,  los arboles --¿que se puede decir?-- estamos en Cabranes, todo un lujo para la vista, esas hojas dando color, naranjas, amarillas, rojas, verdes, marrones, un verdadero arcoíris, fantasía pura pero muy real.
Pumares, castañares, carbayos, nozales, ablanares, --¿eso que significa?--, pues muy fácil, el olor a manzana lo inunda
todo, los vecinos pañando para luego poder mayar, las nueces sabrosas y abundantes, lo mismo pasa con las avellanas, las orillas esta cubiertas por alfombras hechas de bellotas y de oricios con sus castañinas, setas por doquier, calabazas en los huertos, fabes secando al sol,
naturaleza pura, Dios --¡¡¡¡ que guapo esta todo !!!!!.-- Sin darnos cuenta hemos llegado a Pandenes, no sabemos si seguir hacia Poreñu, flamante pueblo ejemplar, para luego salir a la capilla del Carmen o dar la vuelta sobre nuestros pasos, decido
hacerle caso a mi buena amiga que me susurra muy bajito, como no queriendo herir mis sentimientos:  Paloma hoy no estas muy fina en eso de subir cuestas, mejor volvemos por donde hemos venido.......ha dicho, ella es quien manda.
Al llegar a los Villares ya se puede ver Peña Mayor y Picos,
alcanzada La Daniella es una sensación casi táctil, tal parece que pudieras tocarlos, la nitidez es plena y ya se nos une el Monte Castru.... pasando el pueblo de Fresneu aparece maravilloso el monte de mi vida, El Sueve, --¿que os puedo decir?--, para mi uno de los lugares más impresionante y no exagero, lo adoro, adoro cada uno de sus rincones,
estamos a mucha distancia, aunque parece ----¡¡¡¡ tan cerca !!! -- , esta limpio, impoluto con todo su esplendor al descubierto, sin nada que ocultar.....seguimos acercándanos al Llanu sin dejar de disfrutar ni un solo instante, ya estamos en el cruce nos atrevemos a subir a Naveda, solo pasados unos metros el paisaje une mis dos mundos, Colunga y Cabranes: el Pienzu, el Miruenu, Fanu,Torazu, Incos.........


MARTES 10 DE OCTUBRE DE 2017



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