Estos son los nombres oficiales de todos los pueblos
y lugares de la parroquia de Santa Eugenia de los Pandos, algunos de ellos
actualmente deshabitados, según el decreto 115/2005 de 17 de Noviembre del Principado de Asturias, por el
que se determinan los topónimos oficiales
del concejo de Villaviciosa.
24 junio 2013
17 junio 2013
Mi abuelo paterno, un hombre de izquierdas
Hoy voy a escribir unas líneas sobre mi abuelo paterno. Mi
abuelo se llamaba Constantino Iglesias Llera, nació en Villaescusa en el año
1884, era hijo de Tomas Iglesias Vega y de
Gaspara Llera Fernández.
En su juventud, como tantos otros jóvenes de aquella época,
emigro a la República Argentina, concretamente a Buenos Aires, en busca de fortuna y huyendo de las pésimas
condiciones de vida que por aquel entonces existían en Villaescusa, en Colunga
y en general en toda Asturias.
Pasó varios años en Buenos Aires, pero allí no le fue
demasiado bien, y no le sonrió la fortuna, así que hacia 1920 regreso a
Villaescusa donde se caso con Avelina Llera Casanueva (mi abuela) y donde paso
su vida dedicado a las labores del campo.
Era un hombre, podríamos decir adelantado a su época, le
gustaba mucho leer, cosa que no era muy habitual en los pueblos en aquellos
tiempos, el leía todo lo que caía en sus manos, desde libros de cualquier temática
hasta novelas del oeste, así como todo tipo de periódicos ó revistas, muchas
veces atrasados, pero que el leía y releía con sumo placer.
Era mi abuelo un hombre de izquierdas, él creía que la tierra
tenía que estar al servicio de quien la trabajaba, que la educación tenía que
ser igual para todos, independientemente de si eran ricos o pobres, no le
gustaba nada que La Iglesia se metiera en la vida de las personas, el por
supuesto nunca iba a misa ni entraba en las iglesias, creía en la libertad de
expresión y pensaba que todos tenían que poder expresar libremente sus ideas y
opiniones, sin sufrir por ello ningún tipo de represalia o menoscabo, sin
embargo, no era partidario de la violencia ni de las revoluciones y pensaba que
estas cosas había que conseguirlas por
medios pacíficos y democráticos y principalmente por medio de la educación.
A pesar de sus ideas, no demasiado comunes en aquella
época, mi abuelo no tenía enemigos, pues aunque mantenía firmemente sus convicciones
políticas, no trataba de imponerlas a nadie, ya que era sumamente respetuoso,
con las de los de mas, como he dicho
antes, el no pisaba las iglesias, pero respetaba a todos los que acudían cada
domingo a misa, era un “paisano” sumamente servicial y amigo de hacer el bien,
si alguien necesitaba algo y él lo tenía, no dudaba en ponerlo a su
disposición, esta manera de ser, hacía que todos le respetaran y tuvieran buen
concepto de él independientemente de sus ideas políticas.
En el año 1936, cuando el general Franco se sublevo y comenzó
la Guerra Civil, mi abuelo era alcalde de barrio en Villaescusa y a pesar de
sus ideas de izquierdas, no tuvo inconveniente en dar protección y cobijo a
algunas personas de ideología totalmente opuesta a la suya que llegaron al
pueblo perseguidas por ello, él en lugar de denunciarles les permitió
ocultarse durante un tiempo en el
pueblo. En otra ocasión llego a su conocimiento que un grupo de exaltados se
dirigían hacia el pueblo de Santa Eugenia, con la intención de prender fuego a
la iglesia y a la casa rectoral, inmediatamente se desplazo hasta Santa Eugenia
y trato de convencer a los exaltados para que no llevaran a cabo sus
intenciones, diciéndoles que el también era de izquierdas, pero que no debían
quemar la iglesia, ni la casa rectoral, pues
a estos edificios se les podía dar un uso distinto, por ejemplo como
escuelas ó como viviendas de personas necesitadas y que si querían quemar algo
que sacaran algunos bancos y enseres de la iglesia y les prendieran fuego, cosa
que hicieron de inmediato, pero de esta forma consiguió que no se quemara la
iglesia ni la casa rectoral.
En 1937, cuando las tropas de Franco “liberaron” el concejo de Colunga tomaron el
ayuntamiento y mi abuelo junto con otros alcaldes de barrio republicanos de varios pueblos del concejo fueron llamados
al ayuntamiento, allí fueron sometidos a una especie de juicio sumarísimo,
donde algunos fueron condenados a diversas penas, respondiendo de varias
denuncias anónimas y muchas veces falsas, interpuestas casi siempre por sus
propios vecinos, cuando llegaron a mi abuelo se sorprendieron de que no había ninguna
denuncia contra él, no obstante el que hacía de fiscal pidió que por ser afín a
la república fuera condenado a ir diariamente caminando desde Villaescusa hasta
Colunga cargado con un saco de 50 kilos de arena durante 30 días, petición que al final no prospero y al no
haber otros cargos contra él le dejaron en libertad.
A partir de entonces, mi abuelo no tuvo nunca más, ninguna
actividad de tipo político, pues como es sabido, la férrea dictadura que se
implanto en España desde entonces, no permitía que personas desafectas al nuevo
régimen, ocuparan ningún tipo de cargo público, ni percibieran ayudas de
ninguna clase provenientes de la administración, en represalia por ello.
Desde entonces se dedico por completo a su trabajo en el
campo y a sacar adelante a su familia, todo ello con las grandes dificultades
de la posguerra, nunca renuncio a sus ideas de izquierda y aunque públicamente
no podía expresarlas, en el ámbito privado y familiar siempre hablaba sobre
ellas y a veces mantenía debates sobre política con personas de ideología
contraria a la suya.
Falleció en Villaescusa en el mes de Noviembre del año 1962, a los 78 años de edad.
En homenaje y recuerdo de
mi abuelo, Constantino Iglesias Llera. Un hombre de izquierdas.
Mi abuela
Homenaje a mis antepasados
En memoria y recuerdo de mi tio Gonzalo
Mi abuela
Homenaje a mis antepasados
En memoria y recuerdo de mi tio Gonzalo
10 junio 2013
El médicu Lliberdón y un paisanu del Esllabayu
Esta anédota, cuentu ó lleenda cuntarenmela a mi en
Villaescusa cuando yo era nenu, pero ye casi seguru que tuviera basada nun fechu que
hubiere sucediu realmente, dende llueu a mi cuntarenlo como una cosa que habia sucediu realmente, incluyendo los nombres tantu del medicu, como del paisanu del Esllabayu, nomes que nesti relatu, yo omito voluntariamente por carecer de interes nel desarrollu d'esta hestoria.
Esto sucedió na década de los años 20 del pasáu sieglu,
naquella dómina fui cuando empezaron a apaecer los primeros automóviles
particulares, de fechu, había bien pocos, pos nun taben al alcance de casi
naide, solamente dellos Indianos, ó xente bien adinerao podíen permitise el
luxu de tener unu d'ellos, el casu ye que'l médicu que naquellos años exercía
en Lliberdón tenía un d'estos automóviles.
N’aquella época la xente de Lliberdón y demás pueblos del
conceyu de Colunga cuando teníen que dir a la capital del mismu solíen facelo casi siempre caminando, el calzáu que llevaben eren les madreñes que era'l más
usáu tradicionalmente nos pueblos naquella dómina, delles persones teníen la
costume de llevar unos zapatos y a la entrada de Colunga dexaben les madreñes y
calzábense los zapatos pa tar un pocu más presentables mientres duraba la so
estancia na villa.
Un día, que taba'l médicu Lliberdón en Colunga, atopose
con un vieyu paisanu vecín del Esllabayu que ye un pueblu de la parroquia de Lliberdón y pregúnto-y si yá diba pa casa, el
paisanu contésto-y que tenía que facer un par de recaos, el médicu díxo-y que
si terminaba llueu llevaríalu nel coche, el paisanu dixo que si, asina que
rápido termino de facer los sos recaos, monto nel coche del médicu y ambos
empezaron el viaxe hasta Lliberdón, pasaron por El Taquín, La Riera, La
Ferrería, Agüera Baxu, Agüera Riba, Balanguina y L’abá, hasta que llegaron a
Lliberdón.
Cuando llegaron a Lliberdón, apearonse del coche y el paisanu
mostrose bien agradeciu hacia’l médicu por habelu lleváu nel coche y acto
seguio coménto-y.
Bueno, agora tengo que volver a Colunga.
El médicu sosprendióse, y pregúnto-y
Cómo que tienes que volver a Colunga si acabamos de venir d'ellí?.
El paisanu contésto-y.
Ye que tengo que dir a buscar les madreñes que dexe a la entrada de Colunga,
El médicu díxo-y, pero home como nun me lo dixisti y parábamos pa recoyeles.
A lo que'l paisanu respondió.
Hai home, ye que yo nun sabía qu'estos aparatos podíen parar onde unu quixera.
Asina fui como a esti paisanu salió-y caru'l paséu en coche, pos en llugar de caminar los nueve kilómetros que dista Lliberdón de Colunga, tuvo que caminar diez y ocho.
Bueno, agora tengo que volver a Colunga.
El médicu sosprendióse, y pregúnto-y
Cómo que tienes que volver a Colunga si acabamos de venir d'ellí?.
El paisanu contésto-y.
Ye que tengo que dir a buscar les madreñes que dexe a la entrada de Colunga,
El médicu díxo-y, pero home como nun me lo dixisti y parábamos pa recoyeles.
A lo que'l paisanu respondió.
Hai home, ye que yo nun sabía qu'estos aparatos podíen parar onde unu quixera.
Asina fui como a esti paisanu salió-y caru'l paséu en coche, pos en llugar de caminar los nueve kilómetros que dista Lliberdón de Colunga, tuvo que caminar diez y ocho.
N'alcordanza de toles persones de Villaescusa que yá nun tan
ente nos, a les que cuando yo era nenu escúche-yos cuntar esti y otros munchos
cuentos y hestories.
03 junio 2013
Dos grandes voces de la canción asturiana
Dos grandes interpretes colungueses de la canción asturiana, han tenido una destacada actuación en la XXI edición del Concurso y Muestra de Folclore Ciudad de Oviedo, que se ha venido celebrando en los últimos meses y cuya gala de entrega de premios tuvo lugar en Oviedo, ayer domingo día 2 de Junio de 2013. Lorena Corripio, de Carrandi, se ha clasificado en primer lugar y por lo tanto ha sido la ganadora del concurso, en su apartado de canción femenina y Manuel Roza Llera, de Libardón, también ha obtenido una buena clasificación dentro del apartado de canción masculina.
Lorena Corripio canta, "ya ta espigando'l maiz"
Manuel Roza Llera canta "viva la xente minera"
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